Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

I Samuel 14, 14-30

14 Este primer estrago que hicieron Jonatán y su escudero fue de una
veintena de hombres...

15 Cundió el terror en el campo y en el campamento y en la gente
toda; la avanzadilla y los cuerpos de descubierta fueron presa del espanto, la
tierra tembló y hubo un terror de Dios.

16 Los escuchas de Saúl que estaban en Gueba de Benjamín vieron
que el campamento se agitaba de un lado para otro,

17 y Saúl dijo a las tropas que estaban con él: «Pasad revista y
ved
quién se ha marchado de los nuestros.» Se pasó revista y vieron que
faltaban Jonatán y su escudero.

18 Entonces Saúl dijo a Ajías: «Trae el efod», porque este era el que
llevaba el efod en presencia de Israel.

19 Pero mientras Saúl hablaba al sacerdote, el tumulto del
campamento filisteo iba creciendo y Saúl dijo al sacerdote: «Retira tu
mano.»

20 Saúl y toda la tropa que estaba con él se reunieron y llegaron
al
campo de batalla, y he aquí que la espada de cada uno se volvía contra el
otro, ¡un enorme desconcierto!

21 Los hebreos que de antes estaban al servicio de los filisteos y que
habían subido con ellos al campamento, también desertaron y se pasaron a
los israelitas que estaban con Saúl y Jonatán.

22 Todos los israelitas que se habían escondido en la montaña de
Efraím, al saber que los filisteos huían, los persiguieron hostigándolos.

23 Aquel día Yahveh dio la victoria a Israel. El combate se extendió
más allá de Bet Jorón.

24 Los hombres de Israel estaban en gran apuro aquel día y Saúl
pronunció una imprecación sobre el pueblo: «Maldito el hombre que coma
algo antes del anochecer, antes que me haya vengado de mis enemigos.» Y
nadie del pueblo probó bocado.

25 Había, pues, un panal de miel por el suelo,


26 y el pueblo llegó al panal cuando la miel estaba destilando, pero
nadie se llevó la mano a su boca, porque el pueblo temía la imprecación.

27 Jonatán no había oído la imprecación que su padre había
pronunciado sobre el pueblo y alargó la punta de la vara que tenía
en la
mano, la metió en el panal y después llevó la mano a su boca y le brillaron
los ojos.

28 Uno del pueblo le habló diciendo: «Tu padre ha pronunciado
solemnemente esta imprecación sobre el pueblo; ha dicho “Maldito el
hombre que coma hoy algo.”»

29 Jonatán respondió: «Mi padre ha causado un trastorno al país. Ved
cómo tengo los ojos más brillantes por haber tomado este poco de miel.

30 Pues si la tropa hubiese comido hoy del botín tomado al enemigo

¿no hubiera sido mayor el estrago de los filisteos?»